Estados Unidos no da nada a cambio que no vaya a recibir con intereses. Si la guerra comercial con Europa terminó en tablas fue porque la balanza final iba a inclinarse de su lado: la Unión Europea quiere importar más gas natural licuado (GNL) de los Estados Unidos y aumentar el comercio de servicios, productos químicos, productos farmacéuticos, productos médicos y soja, y Washington quiere ver resultados.
Según informaciones de Reuters, Estados Unidos está presionando a Europa para que pase ya a la acción; esto es, antes de las elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2019. De ello dependen los aranceles al acero y al aluminio. Mientras tanto, Trump ha vuelto a amenazar con aplicar un arancel del 25 % a los coches europeos.
«¿Cuántos Chevrolet hay en medio de Berlín?»
«Vamos a aplicar un impuesto del 25 % sobre cada automóvil que entre a los Estados Unidos desde la Unión Europea», dijo Trump durante una jornada de campaña electoral en el Oeste de Virginia. Según la CNBC, la declaración se produjo horas después de que The Wall Street Journal informara que el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo que había pospuesto la publicación de un informe sobre las tarifas automotrices.
MAKING AMERICA GREAT AGAIN! https://t.co/gZqP81bclE— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 22 de agosto de 2018
Durante el mitin, Trump reconoció que Juncker había reconocido estar «muy feliz» con el acuerdo conseguido, pero no él. Todo, por la que afirma ser una balanza desigual que hace perder a los Estados Unidos «150.000 millones de dólares al año durante muchos años» debido a aranceles y barreras, y con ese impuesto del 25 % quiere equilibrarla.
«¿Cuántos Chevrolet hay en medio de Berlín?. Ninguno, quizá uno», preguntó a su entusiasta audiencia. Bueno, puede ser porque General Motors hace tiempo que ha abandonado Europa tras años de pérdidas, pero