En el Concurso de Elegancia de Pebble Beach – celebrado en California hace apenas una semana – ha tenido lugar una de esas efemérides que nos hace preguntarnos el rumbo que está tomando el mundo del coche clásico. Porque la espiral de precios sigue sin visos de detenerse: se siguen batiendo semana tras semana los récords de subasta, como ya hemos visto con coches como el Ferrari 250 GTO. El Aston Martin DP215 que tenéis en pantalla se ha convertido en Pebble Beach en el coche británico más caro jamás subastado: se ha vendido por la friolera de 21.455.000 dólares – casi 18,5 millones de euros.
A finales de los años 50 la escudería de Aston Martin se retiraba de los circuitos de forma oficial. David Brown era el director de la marca en aquella época, y quiso seguir suministrando máquinas de competición a los clientes que las demandasen, centrando los esfuerzos de la marca en los coches de calle. Aún así, decidió aprobar la creación de varios “prototipos” basados en los Aston Martin DB4GT, con el objetivo de participar de forma puntual en competiciones tan mediáticas como las 24 Horas de Le Mans. Así nacieron los DP212, DP214 y DP215, una evolución perfeccionada de sus dos predecesores.
El nombre del coche no podía ser más aséptico: DP215 significa simplemente “Design Project 215”. Por suerte, el resultado final es absolutamente pasional.
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El Aston Martin DP215 tenía una ardua tarea por delante. Ser tan exitoso como el DP214 – que fue capaz de vencer a un Ferrari 250 GTO en una competición en Monza – y refinar aún más la receta mecánica de su predecesor, surcando la cresta de la ola en lo tocante a ingeniería y desempeño. El DP215 fue el último coche de carreras desarrollado