Cuando el difundo Sergio Marchionne presentó el plan estratégico del Grupo FCA para los años 2018-2022 nos dimos cuenta que sólo contemplaban cuatro marcas: Alfa Romeo, Jeep, Maserati y RAM. Entonces saltaron todas las alarmas, pues parecía que el futuro de otras ilustres insignias, como Abarth, Chrysler, Dodge y Fiat (Lancia ya se sabía desahuciada), quedaba en el aire.
En ese momento, la única firma que tenía modelos asegurados era Fiat, y por ende Abarth. Sin embargo, parece que Chrysler y Dodge no quedarán en el olvido. La razón es que la primera cambiará de posicionamiento en el mercado, pues se convertirá en una marca centrada en la producción de vehículos eléctricos. En el caso de la segunda, seguirá trabajando en lo que mejor sabe hacer: pick up´s y vehículos industriales.renderAd(adPage,44162);
Teniendo en cuenta el cambio de rumbo que seguirá Chrysler la hoja de ruta parece clara: la transformación total de la marca. El primer modelo que será reemplazado es el veterano sedán 300, pues lleva a la venta desde el año 2005 y sus ventas ya acusan su veteranía. Sin embargo, parece que no será sustituido por un producto similar, si no que la marca habría decidido saltar a otro segmento del mercado.
El nuevo modelo debería llegar al mundo en el año 2020, pero lo haría empleando una carrocería monovolumen similar a la que pudimos conocer en el modelo conceptual Portal. Este concept car estaba dotado de una mecánica eléctrica alimentada por una batería de 100 kWh de capacidad; elemento que le proporcionaba una autonomía media de unos 450 kilómetros.
Otro de los elementos tecnológicos que volvían único al Chrysler Portal Concept era su sistema de conducción autónoma de nivel 5 y su volante retráctil que se escondía cuando el conductor accionaba este modo de conducción. Esta “chuchería” difícilmente podría llegar a la producción,