Estos días Tráfico se hacía eco de un desgraciado accidente, que no por inusual debería disuadirnos de reflexionar al respecto. Sucedió en Pontevedra ayer mismo. Tal y como publica La Vanguardia, una niña de tan solo 3 años fallecía en la colisión del turismo en el que viajaba con su madre, contra la parte trasera de un autobús. El accidente, al parecer, no se produjo a gran velocidad. La niña viajaba en una sillita de seguridad homologada para su edad, y su peso, el sistema de retención adecuado. Pero el impacto del tablet con el que jugaba en los asientos traseros del coche provocó lesiones lo suficientemente graves como para que falleciera, diez horas más tarde, a consecuencia de las heridas.
Insistimos en que no estamos acostumbrados a escuchar historias como estas. Pero dentro de lo inusual del caso, es importante que recordemos el peligro de los objetos que llevamos a bordo en el coche, que no van convenientemente sujetos, o que incluso dejamos en manos de los más pequeños.
Tráfico recordaba lo peligroso que puede resultar cualquier objeto en el habitáculo, que no esté convenientemente sujeto. En caso de sufrir un choque, o un frenazo brusco, se puede convertir en un proyectil que hiera a los pasajeros. Cualquier objeto que llevemos a bordo debería ir alojado en la guantera, en los cajones y receptáculos del coche. Y en ningún caso deberíamos dejar que objetos, como un tablet, fueran en manos de niños pequeños, como por desgracia ha demostrado esta historia.
Cualquier objeto que no vaya convenientemente sujeto en el habitáculo puede convertirse en un peligroso proyectil en caso de sufrir un frenazo brusco, o un choque
Los objetos sueltos dentro del vehículo constituyen un grave riesgo. En caso de choque o frenazo brusco se convierten en un peligroso proyectil, como en este