La segunda generación del coche eléctrico más vendido del mundo ha mejorado para ser más confortable, tecnológico y, sobre todo, utilizable, ya que su autonomía de uso ha mejorado considerablemente. Su gama, que está compuesta por cuatro niveles de acabado, se puede adquirir desde 31.260 euros (ver todos los precios).
Silueta evolucionada
Por aquello de hacer marca, su exterior sigue manteniendo las líneas maestras de su predecesor. No obstante, hay cambios significativos que le permiten diferenciarse claramente del anterior modelo. Ahora, la parte frontal hereda la parrilla delantera ‘V-Motion’ que ya es seña de identidad de la marca. En la zona posterior, los pilotos con forma de bumerán nos recuerdan mucho a los del Volvo V40, y ya nada tienen que ver con las ópticas verticales de su antecesor. Además, hay un nuevo difusor trasero que le da un aspecto más deportivo. Pero para completar estos profundos cambios estéticos, el nuevo Leaf también adopta otros rasgos estilísticos tan de moda en la actualidad, como, por ejemplo, el techo flotante y la posibilidad de equipar la pintura bitono (este elemento es opcional y cuesta 400 euros).
Adiós a su diseño futurista
El habitáculo, que ha sido totalmente renovado, ahora presenta un diseño más convencional y menos futurista. Tanto es así que, a diferencia del modelo precedente, ahora el velocímetro es analógico. No obstante, ahora el cuadro incorpora una pantalla digital muy útil y práctica que aporta mucha información de manera ordenada.
En cuanto a mandos se refiere, cabe destacar el diseño del volante, que ahora es más pequeño, manejable y tiene mayor agarre pero sin perder la suavidad de su tapizado en piel. Además, la parte central del airbag, tal y como ocurre en otros modelos de la marca, es más pequeño, lo que redunda muy positivamente para tener la sensación de manejar un volante menos