Desde que el Dieselgate estallara en el seno del Grupo Volkswagen, los esfuerzos que está haciendo para mejorar su imagen son ímprobos. El camino más rápido para dejar atrás esta turbia historia ha sido la electrificación, sin embargo, la tecnolgoía TGI (alimentada por Gas Natural Comprimido – GNC) ha jugado un papel fundamental en este proceso.
Seat es una de las marcas que mayor protagonismo ha logrado con la tecnología TGI, pues ya tiene tres modelos de este tipo en el mercado: los Mii, Ibiza y León TGI. Con ellos, ha logrado conquistar a aquellos clientes que no quieren un híbrido o no pueden permitirse un eléctrico. Por ello, y teniendo en cuenta el recibimiento que han tenido estos productos, han decidido dotar al SUV Arona de una versión TGI.renderAd(adPage,44162);
El Seat Arona TGI es el primer SUV urbano del mundo en ofrecer un motor híbrido alimentado por Gas Natural Comprimido y gasolina. Cuenta con el bloque gasolina tricilíndrico de 1.0 litro de cilindrada y 12 válvulas que rinde 90 CV de potencia y un par máximo de 190 Nm. La caja de cambios es manual con 6 relaciones, que le permite firmar un 0 a 100 kilómetros por hora en 12,8 segundos y alcanzar los 172 kilómetros por hora de punta.
El sistema TGI cuenta con tres depósitos (con 14,3 kilos de capacidad) situados en el maletero, conductos de gas de acero inoxidable, sensores de presión de gas, un regulador de presión electrónico y una boca de llenado junto a la de gasolina. En un uso normal, el Seat Arona TGI arranca usando gas, excepto cuando la temperatura es inferior a -10º, que lo hace en gasolina hasta que los inyectores del gas se calientan y se puede activar el circuito de GNC.
La autonomía de los depósitos de GNC es de 400