Tal vez un antídoto contra el miedo al diésel se ha apoderado del mercado sea añadirle al coche en cuestión un motor eléctrico. Eso es lo que ofrece el protagonista de nuestra prueba de hoy, el Audi Q7 3.0 TDI e-tron que, con sus 373 CV y su sistema de baterías recargables, luce con orgullo la etiqueta CERO de la DGT que, entre otras cosas, le exime de las restricciones al tráfico a pesar de contar con un motor diésel. ¿Cómo se comporta? Te lo contamos.
Ya conocíamos otras propuestas del Audi Q7, el SUV grande que probamos en versión 3.0 TDI ‘Ultra’ a comienzos de año y que tan buen sabor de boca nos dejó entonces. Pero no conocíamos qué ofrecía y cómo se comportaba esta versión híbrida enchufable, única en el mercado al combinar eléctrico y diésel, más allá de una breve toma de contacto cuando se presentó.
Vamos allá con el repaso de lo que ofrece.
Los cambios estéticos para ser e-tron
A simple vista, hay pequeños detalles que permiten identificar al e-tron frente a otras versiones. Lo más destacado son las luces diurnas específicas, situadas en la parte inferior del paragolpes delantero. Pequeñas lucecillas LED que le dan un aspecto diferente al de otros Q7.
Por lo demás, los más detallistas se habrán dado cuenta de que este coche tiene dos tapas «de combustible» en las aletas laterales posteriores, la de la izquierda para esconder la toma de carga y la de la derecha para la boca de llenado del depósito de combustible, el gasóleo.
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