La industria española afronta un momento realmente delicado, que a su vez plantea una oportunidad. España es el segundo productor de coches, por volumen, de Europa. La Unión Europea pretende que de aquí a 2030 las emisiones medias de CO2 de los coches vendidos se reduzcan un 40%, y que el 35% de las ventas sean de coches eléctricos. Eso quiere decir que, necesariamente, las fábricas españolas han de acondicionarse para producir decenas, y cientos de miles, de coches eléctricos, híbridos, e híbridos enchufables. El Renault Twizy dejará de fabricarse en España, en la planta de Renault de Valladolid. Pero ese puede ser también el as en la manga de Renault para adaptarse a la nueva realidad, fabricar menos diésel, y más híbridos.
La transición del diésel al híbrido de las fábricas de Renault
Estos días hemos hablado largo y tendido acerca de cómo Renault espera que sus ventas de diésel disminuyan, hasta la mitad, en los próximos años, y su testigo lo cojan diferentes soluciones micro-híbridas, híbridas, híbridas enchufables y eléctricas. El Renault Captur y el Renault Mégane contarán con mecánicas híbridas enchufables. Y, de nuevo, tal y como se confirmó estos días, también se ensamblarán en España.
Lo ideal para un fabricante es que los sistemas híbridos se produzcan junto con el coche. Y ya sabemos que, al menos, los packs de baterías sí que se producirán en Valladolid.
Renault utilizará la nave Z.E., que deja de producir el Twizy, para producir los packs de baterías que emplearán los nuevos híbridos de la marca
La nave Z.E. de Renault en Valladolid para producir baterías
Renault aprovechará las instalaciones que hasta ahora se utilizaban para fabricar el Twizy, la denominada nave Z.E. de la fábrica de Valladolid, para fabricar los packs de baterías que utilizarían, entre otros, Captur y Mégane. De esta forma, la nave