Motor y acelerador de desbrozadora, depósito de mini-moto, asiento y manillar de bicicleta. Lo tenía todo para triunfar como vehículo de movilidad personal hecho a medida, pero no. Un hombre de 36 años que se montó su propio patinete motorizado se vio sorprendido por los agentes de la Guardia Civil, que lo denunciaron por conducir por las vías públicas un artefacto rodante que incumple lo establecido en el Reglamento General de Vehículos.
Si lo pensamos un poco, es como para echarse a reír… o a llorar.
Sucedió en la carretera LU-530, que conecta en Galicia Lugo con la localidad de A Fonsagrada. A falta de informaciones detalladas, imaginemos la cara de estupor que debieron de poner los agentes de la Benemérita cuando vieron llegar a aquel hombre, tan feliz de la vida a lomos de su descacharrante creación.
Y después, el jarro de agua fría. Mire, le hemos hecho parar porque eso que lleva ahí no es conforme a lo que establece la ley. Haga el favor de mostrarnos su DNI. Bien. Mire, pues… nos vemos obligados a denunciarle por infracción muy grave al artículo 1 del Reglamento General de Vehículos, debido a que usted circula con un vehículo que carece de la correspondiente autorización administrativa.
La guasa del asunto está en la proliferación de vehículos de movilidad personal (VMP) que están llegando a nuestras calles y carreteras a toda velocidad, y que han pillado con el paso cambiado a todo el mundo, incluidos los legisladores y hasta algunos fabricantes, que —nos consta— no se esperaban el éxito comercial que han tenido todos estos dispositivos.