Mientras la industria del automóvil, y los compradores, en general, muestran su preocupación por el panorama que nos espera, con la prohibición de los coches de combustión interna en 2050, el futuro más próximo, y el presente, nos muestran que la mayor preocupación estará en las ciudades, y en las restricciones a los coches más antiguos, especialmente a los diésel más antiguos. Essen y Gelsenkirchen, en Alemania, se unen a ciudades como Berlín, Hamburgo, Frankfurt, y Stuttgart, que ya han establecido restricciones al tráfico en algunas de sus vías principales.
La prohibición a los diésel más antiguos en Essen y Gelsenkirchen
La decisión de restringir el tráfico en las ciudades de Essen y Gelsenkirchen llega tras una decisión judicial, motivada por la denuncia de la asociación de protección medioambiental Deutsche Umwelthilfe (DUH). Sus denuncias han puesto de relieve el problema de contaminación que sufren muchas ciudades. Y los juzgados alemanes han considerado, en los fallos de los últimos meses, que prevalece la protección de la salud de los ciudadanos, al derecho a la circulación de aquellos que conduzcan coches diésel antiguos y contaminantes. En Essen y Gelsenkirchen se impondrán restricciones, prohibiciones al tráfico, que sobre todo afectarán a los diésel más antiguos y que llegan incluso a ocupar parcialmente una autopista.
La jurisprudencia ha hecho, primero, que denuncias como las promulgadas por la DUH prosperen. Y segundo, que las administraciones locales, los ayuntamientos, no solo tengan derecho a restringir el tráfico por la cuestión medioambiental, sino que deban hacerlo por imperativo legal, en muchos casos conminados por una decisión judicial.
En España las primeras restricciones han comenzado a imponerse a iniciativa de algunos ayuntamientos, por imperativo de las leyes que rigen en la Unión Europea, pero esas restricciones pronto podrían ser obligatorias, por la nueva Ley en la que trabaja el Gobierno
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