Hemos podido probar brevemente el Mercedes-AMG G 63 de 585 CV, una auténtica bestia del asfalto (sobre todo acelerando en línea recta) y heredero directo de todo un icono del 4×4 en los años 80. Esta nueva edición mantiene casi intacta la estética exterior del modelo original de 1979, que le otorga un inconfundible sabor a clásico, al tiempo que se moderniza por completo con un interior actualizado para lograr un producto único en el mercado, sin rivales directos a la vista ¿Bentley Bentayga quizás? y sin el más mínimo sentido práctico como parte de su identidad. El precio de la unidad probada, un Mercedes-AMG G 63 con paquete Premium Plus y Pack Edition 1 es de 215.000 €… ¡pasen y vean!
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Diseño del Mercedes Clase G
A la hora de actualizar su modelo más clásico, Mercedes ha optado por respetar dos elementos esenciales: la estética exterior y el sonido de las puertas junto con su tacto bruto y metálico. Cuando te subes al G 63, la puerta emite un sonido muy característico, tanto al abrir como al cerrarse y es necesario emplear cierta fuerza para realizar la operación, como en una furgoneta industrial en la que hay que dar un portazo para que cierre del todo… es el sabor puro del Clase G original.
Una vez dentro, cerrada la puerta, entramos en otra dimensión de lujo y modernidad con un salpicadero presidido por dos pantallas contiguas de enorme tamaño como en cualquier otro Mercedes de primer nivel, en el que sólo las formas cuadradas y los botones grandes nos recuerdan que esto es un auténtico todoterreno (incluso en esta versión AMG). Ante todo, es un coche para enseñar a los demás, bastante ostentoso como corresponde al gusto de los millonarios rusos, chinos, árabes y algún que otro