Si hablamos de berlinas deportivas del segmento F, el BMW M5 rápidamente llegará a nuestra mente. Se trata de un sedán de casi 5 metros de longitud que esconde un comportamiento radical, de esos que hacen sonrojar a más de un superdeportivo. Las cifras hablan por sí solas, y es que su V8 de 4.4 litros desarrolla 600 CV y 750 Nm, enviándose a las cuatro ruedas mediante el sistema de tracción xDrive. Sí, es el primer M5 con tracción total.
Por encima del M5 convencional queda el BMW M5 Competition, que eleva ligeramente las prestaciones de su motor V8 (625 CV) y garantiza un comportamiento aún más extremo gracias a unos ajustes específicos en el chasis. Sin embargo, tal vez haya personas que quieran aún más, que el BMW M5 tal y como sale del concesionario no es suficiente. Una de las opciones para saciar a esos conductores es el preparador G-Power.renderAd(adPage,44162);
La empresa de preparaciones especialista en modelos de alto rendimiento de BMW es capaz de extraer nada menos que 800 CV del bloque motor con algunas modificaciones de software y mecánicas. Los cambios mecánicos son la sustitución de los dos turbos por otros más optimizados para extraer el máximo rendimiento, así como un nuevo sistema de escape de titanio.
Sí, elevan la potencia del M5 en 200 CV -o en un tercio- de golpe y plumazo, llegando hasta los 800 CV. El par motor, como ya imaginas, tampoco se mantiene inalterado, pasando de los 750 Nm del modelo de serie a los 980 Nm que indica el preparador alemán.
Si el BMW M5 de serie ya es capaz de poner nervioso a muchos superdeportivos modernos, imaginaos cómo los hará sufrir después de pasar por el taller de G-Power. Las prestaciones declaradas por este preparador son un 0 a 100 en solo