A mitad de su vida comercial el Suzuki Vitara ha recibido una actualización que cambia poco por fuera, pero mucho por dentro. Unos ligeros cambios estéticos por fuera identifican a una renovación que incluye un completo paquete de ayudas a la conducción y que refuerzan notablemente su seguridad.
Dos motores de gasolina de 111 y 140 CV mueven a esta mezcla entre SUV y todoterreno que si bien ha perdido parte de su esencia offroad sigue manteniendo muy buenas capacidades fuera del asfalto y deja un regusto muy agradable en el día a día.
El Suzuki Vitara se lava la cara por fuera y se da un baño de tecnología por dentro
En Suzuki han trabajado en tres aspectos fundamentales para seguir manteniendo en la cresta de la ola a la que hoy por hoy es su punta de lanza. El Suzuki Vitara se ha renovado centrándose en tres aspectos principales: la calidad interior percibida, la incorporación de sistemas de seguridad avanzada y el sistema 4×4 Allgrip.
Por fuera el Suzuki Vitara sigue siendo precisamente eso, un Suzuki Vitara. Los cambios son pocos pero suficientes para mantenerlo con una imagen fresca y actual. En la parte delantera hay pocos cambios con unos grupos ópticos idénticos que escolta a una parrilla nueva, tridimensional y con inserciones cromadas en disposición vertical. En la parte inferior del paragolpes Suzuki ha buscado imprimir al Vitara una imagen más premium con la adopción de inserciones que van de un extremo a otro.
Los cambios más notables los encontramos en la zona trasera con unos pilotos totalmente nuevos con tecnología LED que le dan una apariencia más sofisticada (aunque no todo lo moderna que cabría esperar) y en el calzado. Las