Podríamos pensar que si una empresa de alquiler de vehículos ofrece sus servicios en una capital española, lo lógico es que sus coches paguen allí el impuesto de circulación. Pero no siempre ocurre así. De hecho, en España existen verdaderos paraísos fiscales del motor que las entidades de rent a car, de leasing, renting y flotas de empresa llevan aprovechando desde hace casi 20 años. No son pocas las que han encontrado en pequeños municipios la medicina perfecta para ahorrar costes mediante una sencilla argucia: inscriben allí sus flotas, pero operan en las grandes ciudades.
Teniendo en cuenta que estas empresas no están por la labor de ofrecer estos datos, estas prácticas las puede demostrar el censo de habitantes y coches. Así, se dan extrañas situaciones como que un pueblo que no llega ni a los 250 habitantes, tenga censados 48.885 automóviles: registrando casi 200 turismos por persona. Ocurre en el municipio barcelonés de Aguilar de Segarra y es el caso más llamativo, aunque no es el único.
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El detonante lo encontramos en el año 2000, cuando las matrículas españolas abandonaron el distintivo provincial que permitía identificar su procedencia. De esta manera, estas empresas, sabiendo que los ayuntamientos compiten entre ellos respecto al Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica, conocido popularmente como ‘numerito’, parece que empezaron a ‘comerciar’ con ellos.
Si bien la normativa vigente establece un mínimo y máximo legal para el impuesto de circulación en función del tipo de vehículo y de potencia