Movilidad compartida y el fin de la ‘propiedad privada’. Estas dos tendencias que hace unos años podrían haber vaticinado el fin de las ventas de la industria automotriz, ahora se perfila como el futuro. El fabricante chino Lynk & Co aterrizó en Europa el año pasado autodefiniéndose como la marca de coches para los que no quieren coches, y en línea con su colega Volvo, apunta a la suscripción más que a la compra.
En Volkswagen también lo tienen claro, y según declaraciones recogidas por El Mundo del responsable de Movilidad de la marca, Christoph Hartung, se trata de un cambio de pensamiento generacional: «la tendencia hacia lo compartido es el futuro».
Pedir un coche a través de una app
Hartung tiene como cometido imaginar y proyectar cómo serán los coches del mañana, aunque a estas alturas ya parece estar muy claro: autónomos, conectados, eléctricos y compartidos. De hecho, la mayor parte del capital de los fabricantes va a parar a desarrollar estas esferas o a formar asociaciones que las hagan posible.
Daimler y BMW han fusionado sus servicios de movilidad DriveNow y car2go para «combinar y expandir» estratégicamente aún más su oferta de movilidad basada en el carsharing, lo que les permitirá disponer de una flota de 20.000 vehículos, presencia en más de 30 ciudades a nivel global y cuatro millones de clientes en todo el mundo.
Estos dos gigantes también se han atrevido con los polémicos servicios de alquiler de coches con conductor o VTC (Mytaxi, Chauffeur Privé, Clever Taxi y Beat), algo que Volkswagen aún no quiere abordar. El fabricante alemán entró hace poco en la esfera del coche compartido con el servicio ‘We Share’, que se estrenó en Berlín en agosto y se dirige