Viendo el gran cambio de tendencia de ventas en los vehículos sobre el combustible utilizado, no es de extrañar que muchas compañías y modelos estén dejando de lado las motorizaciones de gasoil. Subaru ya lo hizo el pasado año con el nuevo XV, y ahora hace lo propio con el Subaru Forester al actualizarlo.
Sí, el Subaru Forester se actualiza levemente, incorporando leves cambios estéticos que le otorgarán un nuevo empujón comercial, mejorando sus equipamientos y añadiendo una nueva versión de gasolina adaptada para GLP con la que el modelo japonés obtiene la preciada etiqueta ECO.renderAd(adPage,44162);
¿Nueva mirada? Mejor digamos nuevo maquillaje
Los cambios estéticos no son profundos, más bien se trata de algunas finas modificaciones. Ahora incorpora el frontal más deportivo en todas las variantes, que anteriormente solo estaba en el acabado tope de gama, el Executive Plus. A ello hay que sumar el uso de nuevas molduras en los pasos de ruedas para incrementar esa apariencia de todo terreno.
También se añade una versión Sport de acceso a la gama pero con todo el equipamiento de seguridad de serie.
Mientras tanto, en el habitáculo se han revisado algunas molduras del panel de instrumentos, así como un nuevo material en el piso del maletero que garantiza una mayor durabilidad por ser repelente al agua.
Solo una versión mecánica, diciendo “bye bye” a los motores diésel
Como decíamos más arriba, esta actualización no permite el uso de motorizaciones diésel, dejando la oferta mecánica con una sola versión mecánica. Ahora, el Subaru Forester solo está disponible con el motor 2.0i de gasolina. Se trata de un motor bóxer atmosférico de 1.995 cc que desarrolla su potencia máxima de 150 CV a 6.200 vueltas, y un par máximo de 198 Nm a 4.200.
Obligatoriamente se asocia al cambio automático Lineartronic de la marca y a la tracción integral permanente Symmetrical