Durante mucho tiempo hemos venido recomendando, desde este medio, a valorar únicamente la compra de un diésel bajo un criterio definitivo, el que puede tener más peso sobre todos los demás, el de hacer suficientes kilómetros al año – decenas de miles – para justificar la compra. Pero en los últimos años nos hemos encontrado con un problema, el temor a las restricciones, o incluso a su prohibición, a dejado huérfanos a aquellos que ahora no se atreven a comprar un diésel, pero lo necesitan. Si antes un altísimo porcentaje de nuestras pruebas eran dominadas por los diésel, en las últimas semanas habréis visto cómo hemos probado cada vez más coches de gasolina, híbridos, y eléctricos. Últimamente también nos hemos acostumbrado a que, la actualidad, nos lleve a conducir muchos SUV, y rara vez coches que, sin entrar en la categoría del deportivo propiamente dicho, sean divertidos. Pero sí que nos hemos encontrado con un caso que, a mi juicio, es la última esperanza del diésel y la muestra de que aún se hacen coches divertidos.
Los diésel de Honda tienen los días contados
Todo apunta a que los diésel de Honda tienen los días contados. El futuro de la marca nipona pasa por los híbridos y los eléctricos. El mejor ejemplo lo tenemos en un coche que tradicionalmente era diésel, como el Honda CR-V. No habrá diésel en este nuevo Honda CR-V, y el lugar que antaño hubiera ocupado el gasóleo queda reservado para el híbrido que, por cierto, ha pasado por nuestras manos recientemente y cuya prueba en vídeo puedes ver a continuación.
Ver artículo: Honda ya ha comenzado a eliminar sus diésel en Europa, para apostar por híbridos y eléctricos.
El Honda Civic diésel es el último cartucho de Honda, a partir de ahora todo apunta a que los diésel de