Uno de los grandes aciertos de Volvo fue el desarrollo del XC90. Cuando los SUV´s premium de gran tamaño no habían eclosionado, presentó un producto creíble y con prestancia. Ambas cualidades se han mantenido en la segunda generación, pero ahora, la competencia es mayor. Por ello, y tras casi cuatro años en el mercado, los responsables de la marca han decidido aplicarle un ligero restyling.
Así, el Volvo XC90 llegará al inminente Salón del Automóvil de Ginebra con fuerzas renovadas. De entrada, la estética del SUV sueco no sufrirá grandes cambios, pues se mantiene fresca respecto a sus rivales. Sin embargo, donde sí habrá novedades será en la gama mecánica y carga tecnológica, pues volverá a subir un escalón. Así, Volvo posicionará al XC90 como la nueva referencia en su segmento del mercado.
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El XC90 recibe las mecánicas “B”
El punto a destacar en el renovado Volvo XC90 es la llegada de un nuevo motor de bajo consumo y emisiones. Éste bloque, incluye por primera vez un sistema de frenado con recuperación de la energía cinética que se acumula en una batería. A su vez, esta energía abastece un motor eléctrico que recibe la denominación “B”. De esta forma, el nuevo motor eléctrico ofrece hasta un 15 por ciento de ahorro en combustible y reduce las emisiones en conducción real.
Las nuevas motorizaciones “B” completan la oferta eléctrica e híbrida enchufable del nuevo XC90. La estrella en la gama es el T8 Twin Engine con 407 CV, prefigurándose como uno de los más potentes y eficientes del segmento. Tras la oferta mecánica, los cambios llegan a la estética y las ayudas activas a la conducción. En el primer caso, son sutiles, pues se limitan a nuevas llantas de aleación, colores para la carrocería o renovada parrilla.
En el interior, la novedad más destacada es la