Publicado originalmente en Xataka
Cuando Álex se presenta ante alguien y le comenta que tiene un coche eléctrico, sin más detalles, lo normal es que la otra persona empiece a pensar si se tratará de un Tesla, si tendrá algo más mundano como un Ioniq, si irá a bordo de uno de los exitosos Leaf o si se estará refiriendo a un i3 pensado para uso urbano. Lo que nadie espera es que aparezca al volante de un Renault Twingo de 1997.
De hecho, verle aparecer en él debería hacer pensar que simplemente se estaba marcando un farol, hasta que uno cae en la cuenta: es totalmente silencioso y no tiene tubo de escape. Es el Twingo que Álex (también conocido como Elektrun, nombre del proyecto que ha creado junto a otros dos socios para desarrollar comercialmente estas conversiones) ha reconvertido en eléctrico por su cuenta, sin recurrir a terceros y con un resultado que sorprende.
Trayectos urbanos hasta que las baterías evolucionen
«Cualquiera con ciertos conocimientos sobre electricidad y un poco de mecánica puede hacerlo, no es demasiado difícil», cuenta Álex, que de hecho no es electricista ni mecánico, sino informático. Su vocación de transformar vehículos le viene desde los años 80, cuando era un