Sorpresas de la vida, el Gran Premio de Azerbaiyán sirvió para dejar muchas cosas claras en la Fórmula 1. Una carrera tradicionalmente alocada y que daba lugar a resultados extraños, se volvió formal por una vez para colocar a cada uno en su sitio. Y el peor parado, una vez más, fue el equipo Ferrari.
Por su parte, McLaren consiguió por fin completar una carrera sin sobresaltos y evidenció que, aunque todavía tiene mucho que mejorar, el salto cualitativo respecto a 2018 ha sido brutal. Los de Woking se confirman como los mejores del resto, y ahora su gran reto será mantener el ritmo de evolución durante todo el año.
Leclerc y Vettel, muy presionados
Una vez más, todo falló en Ferrari. Empezando por los pilotos, que anduvieron completamente desatinados. Charles Leclerc desperdició una oportunidad perfecta de ganar su primera carrera en Fórmula 1 por un error de novato durante la clasificación. Era el piloto con más ritmo y el gran favorito para la pole pero se estrelló en la Q2, sin nada en juego, por querer machacar a todos.
En Motorpasión
El biocombustible con aceite de palma, bajo lupa: ¿es tan bueno o tan malo como nos cuentan?
Una porción de responsabilidad en la liada de Leclerc tiene que ir al equipo, y más en concreto a Mattia Binotto. Después de tres carreras en las que el monegasco era el más rápido y Ferrari le frenó, a Leclerc le entraron las prisas por demostrar. Entendió que no le bastaba con ganar, que tenía que machacar, y