El Suzuki Swift es la mejor opción del segmento B que planea el mercado en la actualidad. Su gama ofrece siete colores de carrocería con cuatro combinaciones bitono y tres motorizaciones de gasolina: el 1.2 Dualjet de 90 CV, el 1.0 Boosterjet Turbo de 111 CV y la variante más deportiva que la marca denomina ‘Sport’ (ver prueba). En este caso, hemos probado la opción más potente en su versión híbrida. Esta versión, que se encuentra disponible con el nivel de acabado más alto (GLX), se puede adquirir por 19.277 euros (aquí puedes conseguir el mejor precio).
Amplio por dentro y compacto por fuera
A diferencia del anterior modelo, únicamente se comercializa con carrocería de cinco puertas. Además, cabe destacar nuevos detalles estéticos, como los tiradores de las puertas traseros que ahora se encuentran disimulados en el pilar C, el techo flotante, la opción de decorar la carrocería con combinaciones bicolor y la iluminación diurna de tipo LED que está situada en las ópticas delanteras.
La cuarta generación de Swift ofrece una distancia entre ejes 20 mm más larga, algo que beneficia notablemente su habitabilidad interior, a pesar de que la longitud total del vehículo es 10 mm más corta. Además, ahora es 15 mm más bajo y 40 mm más ancho que el anterior modelo. Por otro lado, el aumento de la batalla ha permitido que su maletero aumente su capacidad en 54 litros frente a la actual generación, ofreciendo un volumen de 265 litros que se pueden ampliar hasta los 579 litros en caso de abatir la fila posterior de asientos.
El interior incorpora interesantes novedades, como la pantalla LCD de 4,2 pulgadas en el panel de la instrumentación y en la que se muestran informaciones sobre el estado y rendimiento del vehículo, como el reparto de par y fuerza G a