El primer trimestre de este 2019 no ha sido bueno para Tesla. Sus ventas han retrocedido un 30 % en comparación al mismo periodo de 2018, como también lo han hecho sus acciones: en el último cierre de marcado su valor descendió en un 8,23 %, situándose en 267,78 dólares.
En lo que va de año, las acciones de Tesla ya acumulan una bajada del 19, 5 % de su valor. ¿Las causas? La mayoría, conocidas: a la incertidumbre en lo que toca a la demanda, se suma la reducción en el precio de venta de sus modelos en EE.UU., los recortes de empleo a los que ha tenido que hacer frente la compañía (entorno a un 7 % de su plantilla), así como la salida de altos cargos ejecutivos.
En 2018, las ventas del cuarto trimestre se situaron en 90.966 unidades comercializadas. Lejos se quedan las 63.000 entregas cosechadas en los primeros compases de este año. Sin embargo, y pese a empezar este 2019 con mal pie, Tesla mantiene sus previsiones de ventas entre las 360.000 y las 400.000 unidades.
No es nuevo que Elon Musk se muestre ambicioso en sus estimaciones, aunque esto no ayuda a mantener la confianza de los accionistas. Así lo señala a Bloomerg Gene Munster, socio gerente de la firma de capital de riesgo especializada en tecnología Loup Ventures, «por tradición, Tesla no ha visto cumplidas las ambiciosas proyecciones de Musk, lo que hace complicado mantener la confianza».
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