Si hay una marca que está claramente relacionada con los vehículos híbridos, esa es Toyota. La firma japonesa apostó a finales del pasado siglo por un tipo de propulsión en el que solo ellos creían, lanzando al mercado la primera generación del Prius. Ahora, 20 años después, el mundo se ha dado cuenta de que no eran unos locos por lanzar un coche híbrido, sino unos visionarios. No les ha ido nada mal con esa estrategia.
El caso es que durante estos tiempos, especialmente en la última década, Toyota ha apostado totalmente por la electrificación y el desarrollo de estos sistemas híbridos, dejando muy apartada otra seña de identidad anterior, la deportividad. Aunque la apuesta principal de la compañía va a ser la hibridación, el espíritu deportivo de Toyota está de vuelta. Una prueba es el nuevo Supra y otra es la filial deportiva Gazoo Racing. Así nos fue en la Toyota Gazoo Racing Experience celebrada en el Jarama la pasada semana.
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La intención de Toyota España es repetir estas jornadas en varios puntos de la península al menos durante 2019 y 2020 con medios de comunicación y algunos invitados. Sin embargo, no todo queda ahí, pues la idea es que posibles clientes de modelos como el Toyota Supra puedan conocer de primera mano qué es capaz de hacer ese coche en un circuito, que es donde realmente debe probarse a fondo un modelo deportivo.
Toyota en competición
Como decía más arriba, Toyota quiere ser reconocida como una marca ecológica y de vehículos híbridos; pero no por ello quiere renunciar a la deportividad. La primera forma de volver a demostrar ese carácter es con el mundo de la competición, y lo cierto es que en este aspecto no lo están haciendo nada mal.
Tienen una fuerte presencia en el WEC -entre los que destaca un