De total de automóviles con mecánica alternativa que conforman el parque automovilístico español, los más numerosos son los coches híbridos convencionales, que llegan a las 231.381 unidades. Ayuda que llevan más tiempo en el mercado, pero también que la brecha de precio con los modelos térmicos se ha reducido notablemente y que no requieren de una infraestructura para cargarse.
Pese a ello, los modelos híbridos están perdiendo apoyo por parte de las administraciones en favor de otras mecánicas como las eléctricas puras o las híbridas enchufables e incluso, según Toyota, se cuestiona su vida en el mercado a medio plazo. Y ello se debe a que éstas combinan un motor térmico con uno eléctrico, por lo que sus emisiones son más elevadas y su autonomía eléctrica es menor.
Ahora, Toyota quiere demostrar que los coches híbridos son una solución temporal hacia la ambicionada descarbonización, y por tanto no merecen ser cuestionados como lo están siendo. Por eso, el fabricante ha encargado al Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA) un estudio sobre cómo se comportan sus mecánicas híbridas en condiciones reales de circulación.
Con el Toyota Prius, la marca nipona pasó a la historia por lanzar al mercado el primer coche híbrido de producción masiva. Corría el año 1997. Más de 20 años después, Toyota ofrece en nuestro mercado hasta cuatro modelos que sólo se ofrecen en variante híbrida (Prius, C-HR, Corolla y RAV-4) y su intención es llegar a una gama 100% híbrida (actualmente ronda el 80 %). De hecho, los diésel en la oferta de la marca nipona han ido pasando a mejor vida.
Pero curiosamente, dos décadas después, Toyota sigue apostando únicamente por las mecánicas híbridas convencionales y no se ha sumado al