Desde hace tiempo, el aire acondicionado, o su versión más avanzada conocida como climatizador, van equipados en los coches. De hecho, a día de hoy, casi se hace impensable un automóvil que no disponga de esta tecnología cuya función es la de enfriar y mantener una temperatura óptima en el habitáculo. ¿Cómo funciona este sistema y cuánto gasta? ¿Ahorraremos más combustible si abrimos las ventanillas? Lo analizamos.
Aunque el aire acondicionado del coche ha ido evolucionando y mejorando a lo largo de los años, ahora esta tecnología de climatización es más avanzada y precisa e incluso permite ajustar la temperatura por zonas (bizona, trizona o hasta de cuatro o cinco), su principio básico sigue siendo el mismo: coger aire caliente, enfriarlo e introducirlo en el habitáculo.
Y este proceso requiere un consumo de energía. Estos sistemas realizan un trabajo (con rozamientos, resistencias, pérdidas) y no les queda otra que consumir energía para ello. En el caso del automóvil, este consumo se traduce en gasto de combustible (gasolina o diésel) si opera con un motor térmico, o bien de electricidad o gas en otro tipo de mecánicas.
En Motorpasión
Qué diferencia hay entre el aire acondicionado y el climatizador
¿Cómo funciona el aire acondicionado de un automóvil?
En esencia, el aire acondicionado de un coche es una máquina de frío que, gracias a varios elementos mecánicos y a un gas que cambia de estado, consigue enfriar el aire y, a la vez, filtrarlo y deshumidificarlo. O, dicho de otro modo, consigue extraer el calor de aire, ya sea el