Ahora que la fusión 50-50 entre Renault y Fiat Chrysler (FCA) es una propuesta firme sobre la mesa, es el momento de ir atando todos los cabos sueltos acerca de las implicaciones de esta importante alianza para la esfera automotriz.
De hecho el Estado francés, que posee el 15 % de Renault, ya ha impuesto sus condiciones para que el matrimonio se lleve a cabo: el acuerdo no puede suponer el cierre de ninguna fábrica en Francia, y deberá contribuir al proyecto europeo en la esfera de la fabricación de baterías para coches eléctricos.
El plan para crear al tercer fabricante de coches más grande del mundo
En una entrevista en televisión, el ministro de economía francés, Bruno Le Maire ha dicho: «Si se realiza el proyecto de fusión entre Renault y Fiat Chrysler, será un proyecto de fusión igual a igual. El Estado garantizará la defensa de los intereses nacionales. En particular, solicitamos garantías para el empleo industrial en Francia», ha aseverado, dirigiéndose a presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, quien está liderando las conversaciones.
Si le projet de fusion entre Renault et Fiat-Chrysler se fait, ce sera un projet de fusion d’égal à d’égal. L’État veillera à la défense des intérêts nationaux. Nous demanderons notamment des garanties pour l’emploi industriel en France #RTLMatin pic.twitter.com/2WMIPGvlqr— Bruno Le Maire (@BrunoLeMaire) 28 de mayo de 2019
Le Maire también ha calificado el proyecto de fusión como «una gran oportunidad para Renault y para la industria automovilística europea» que deberá afrontar los retos tecnológicos de la industria respecto a coches autónomos y baterías así como garantizar los puestos de trabajo del futuro.