Tesla, que ha ido reduciendo con el paso del tiempo el uso de materias primas como el cobalto para la fabricación de baterías para sus coches eléctricos: para el Model 3 este mineral se ha reducido a 4,5 kg por unidad.
Pero el escenario presenta desafíos a largo plazo: Sarah Maryssael, gerente global de suministros de metales para baterías de Tesla, ha dicho en una conferencia a puerta cerrada de mineros, reguladores y legisladores en Washington que la automotriz ve una escasez de minerales clave como el níquel, el litio y el cobalto.
Según explica Reuters, Tesla continuará enfocándose más en el níquel como parte del plan del presidente ejecutivo, Elon Musk, para usar menos cobalto en los cátodos de las baterías y ante lo que consideran una falta de inversión en el sector minero.
De hecho, en los últimos años, la empresa de Elon Musk ha estado reduciendo significativamente la cantidad de este mineral. Según Benchmarck Mineral Intelligence, durante la era del Roadster y del Model S (2009-2012), la cantidad de cobalto por vehículo era de 11 kg.
Ya desde 2016 hasta la actualidad, esa cantidad se ha visto reducida a 7 kg por vehículo con el nuevo Model S y en el Model X, y para el Model 3 el cobalto se ha reducido a 4,5 kg.
El coste económico vs el coste humano
Y es que la fabricación de estas baterías requiere del abastecimiento de materiales con los que hoy en día se especula, como el litio, cobalto, el cobre, el grafito, el manganeso o las tierras raras, que ahora alcanzan precios desorbitados ante una demanda que crece más rápido que la capacidad de producción.
¿Problema? Las mayores reservas a nivel mundial de cobalto se encuentran en la República