Skai Flying Car es la solución de movilidad BMW y Alaka’i Technologies que se diferencia del resto de coches voladores que hemos visto hasta la fecha por una característica: está impulsado por celdas de combustible de hidrógeno. Se trata de un avión equipado con seis motores eléctricos, cada uno con una potencia de 136 CV y que promete alcanzar velocidades de hasta 190 km/h.
Skai ha sido presentado recientemente a inversores y medios de comunicación en Los Ángeles, y pronto entrará en fase de pruebas en Massachusetts.
Un medio de transporte «asequible» al precio de un coche de lujo
Este vehículo de despegue y aterrizaje vertical da cabida a cinco pasajeros -cuatro si hay piloto- que podrán ver los atascos desde el cielo durante cuatro horas, antes de que sea necesario llenar su depósito de 400 litros de hidrógeno.
Desarrollado por expertos aeroespaciales, ingenieros y pilotos veteranos de la NASA, Skai promete hasta 644 km de autonomía. Una de las características más interesantes es que según Alaka’i Technologies se trata de un medio de transporte que será asequible.
Respecto a esto, según ha explicado a Reuters el director ejecutivo de la compañía, Steve Hanvey, prevén producir más de 10.000 vehículos al año, con un coste que «se acercará al precio de un automóvil de lujo».
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