Desde el pasado 1 de julio es obligatorio que todos los coches eléctricos e híbridos de nueva homologación en Europa incluyan sistemas de aviso acústico (SAAV) o AVAS (Acoustic Vehicle Alert Systems), por sus siglas en inglés.
Algunos modelos, como el Renault Zoe, Nissan Leaf y Jaguar i-Pace ya equipan este sistema. Para otros modelos es un nuevo equipamiento. Y a pesar de que el Mercedes-Benz EQC ya pasó por nuestras manos, no teníamos constancia de cómo sonaría el coche. Y resulta que suena a coche con motor de combustión interna.
No es que los ingenieros de Mercedes-Benz quieran ir de bromistas sino que han seguido la norma de la Unión Europe al pie de la letra. Recordemos que está normativa se ha adoptado a petición de diversas organizaciones de invidentes, ya que el silencio de un coche eléctrico en ciudad supone un elevado riesgo para ellos, pudiendo ser potencialmente mortal.
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Y es por eso entre las obligaciones que deben tener estos sistemas AVAS está la de ser continuo, similar al de un vehículo con motor de combustión interna e «indicativo del comportamiento del vehículo». De este modo, pueden reconocer el ruido de un coche, pueden saber si acelera o frena y si está cerca o no. Al fin y al cabo, los invidentes han aprendido a cruzar la calle escuchando si viene un coche o no, y si les quitamos