La primera generación del BMW X6 aterrizó en el mundo en el ya lejano 2008. Por aquel entonces, mezclar el segmento de los SUV´s con el de los coupé no parecía un acierto, pues a SsangYong con el Actyon no le salió bien. Sin embargo, la estrategia y posicionamiento de una firma y otra no tenían nada que ver, dando por bueno el trabajo de la bávara. Ahora, tras once años de camino, la bayerische da paso a la tercera generación de este modelo.
Los SUV´s con aire coupé de segmento premium están en el candelero. El nuevo BMW X6, que hasta hace nada estaba solo, ahora tiene que luchar contra rivales como los Audi Q8 o Mercedes-Benz GLE. Aún así, la casa alemana ha echado el resto para que, además se seguir siendo un referente, pulir aquellos elementos que no terminaban de gustar a los clientes. Aunque por otra parte, siguen obcecados en ciertos detalles que no terminan de cuadrar.
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En el exterior, el BMW X6 se mantiene fiel a su estilo
El nuevo BMW X6 modifica sus cotas exteriores para lucir más estilizado y dinámico. La longitud ha crecido 2,6 centímetros para situarse en los 4,93 metros. La anchura, también, se incrementa en 1,5 centímetros para parase en los 2 metros. La única cota que retrocede es la altura, que decrece 0,6 centímetros para situarse en 1,69 metros. Todo ello, sobre una distancia entre ejes que, tras crecer 4,2 centímetros, se acerca a los 2,97 metros.
A nivel estético, estrena nuevos trazos, aunque se mantiene fiel al código de la marca. De entrada, el frontal destaca por ofrecer unos grupos ópticos más rasgados con tecnología láser de BMW. El paragolpes, que cuenta con trazos limpios, está dividido en dos. Por un lado están las tomas de aire exteriores, que además, albergan los