El sector de los compactos deportivos está que arde, y en parte es debido a la presencia del Renault Megane R.S Trophy-R. La variante más vitaminada del francés ha conseguido lo que muchos ansían: coronarse como rey de reyes. Para ello, el compacto de la firma del rombo ha acudido al circuito de Nürburgring, donde no solo ha vivido parte de su desarrollo, sino que también ha batido un récord. Así es, el Trophy-R ha conseguido desbancar a la competencia y ocupar el trono como compacto de producción más rápido, y hoy os vamos a contar todos sus secretos.
La historia que precede al Renault Megane y a sus variantes deportivas es digna de tener un descendiente como el Trophy-R. Gracias a una importante reducción de peso y a una mayor trabajada aerodinámica, la firma francesa ha conseguido que su hijo predilecto suba de escalafón hasta el punto de poder ganarle el pulso a los alemanes.
Misma potencia pero menos peso
Es cierto que Renault no ha recurrido a modificaciones mecánicas para hacer más especial a su R.S Trophy-R. Con esta premisa, en las entrañas del compacto francés nos seguimos encontrando con ese propulsor turboalimentado de 1.2 litros y cuatro cilindros capaz de desarrollar la nada despreciable potencia de 300 CV. Sin embargo y gracias a que los ingenieros concentraron sus esfuerzos en la pérdida de peso y en la mejora aerodinámica, el conjunto que ofrece el Megane R.S Trophy-R puede resultar letal para sus competidores más cercanos.
Y es que Renault se lo ha tomado muy en serio, ya que el Trophy-R renuncia hasta de los asientos posteriores para perder kilos. Al mismo tiempo, se ofrecen como opcional unas llantas rematadas en fibra de carbono, que radicalizan aún más al compacto y que encajan a la perfección con la línea de escape de titanio -más ligera- firmada por Akrapovic. Con esta dieta, la firma del rombo ha conseguido que el Trophy-R declare 130 kilos menos en la báscula que el Trophy convencional.
Su comportamiento dinámico también se ha visto incrementado gracias a ciertos «ajustes de tuercas». Para ser más exactos, los ingenieros de Renault han aprovechado la creación del Trophy-R para incluir una caída negativa más acusada en el eje delantero, un tren trasero aligerado en «H», amortiguadores específicos Öhlins regulables, neumáticos Bridgestone Potenza S007 exclusivos de Renault Sport y, de forma opcional, unos frenos carbonocerámicos. No suena mal ¿a qué no?
Gracias a esta receta cocinada a fuego lento en Nürburgring, ha sido posible que Renault destruyese a los rivales de su Megane. Con un tiempo de 7:40.100 minutos -7:45.389 minutos en el circuito completo- el R.S Trophy-R se ha convertido en rey del infierno verde, motivo por el que las demás firmas que trabajan en este sector cogerán fuerzas para intentar devolverle el golpe a la casa del rombo. Aunque si queréis haceros con uno mejor daos prisa, ya que tan solo se fabricarán 500 unidades.