El máximo responsable de la Fórmula E, Alejandro Agag, anunció hace meses una nueva competición de vehículos eléctricos, aunque bien diferente a la de monoplazas. Hablamos de la Extreme-E, enfocada a vehículos todoterreno como este Odyssey 21 recién presentado.
Este modelo, fabricado por Spark Racing Technology en Tigery, Francia, ha sido mostrado al público con ocasión del Goodwood Festival of Speed, y se trata de un adelanto de los coches que participarán en la nueva categoría Extreme-E, cuya carrera inaugural tendrá lugar a principios de 2021.
Todos los vehículos de esta nueva competición estarán basados en un chasis tubular de aleación de acero y contarán con el mismo paquete de baterías, desarrollado por Williams Advanced Engineering (la rama de ingeniería del equipo de Fórmula 1), y los mismos neumáticos Continental, si bien cada equipo podrá desarrollar su propio motor eléctrico y algunos elementos de la carrocería.
Este último punto facilitará que cada equipo pueda diseñar los paragolpes, las taloneras o los grupos ópticos, con la meta de que los coches se parezcan a modelos de calle, de manera que los fabricantes de vehículos eléctricos puedan utilizar la competición dentro de su estrategia de marketing.
Los coches de la Extreme-E tendrán una potencia máxima de unos 400 kW, es decir, unos 545 CV (bastante más que un WRC), así como un par motor máximo de 920 Nm y un peso de alrededor de 1.650 kilogramos. Prometen un 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y poder enfrentarse a cualquier terreno.
Y es que la futura Extreme-E tendrá lugar sobre todo tipo de superficies, desde arena, grava o piedras hasta barro, nieve e incluso hielo. Este mismo mes de septiembre el Odyssey 21 comenzará sus