Uno de los trabajos más complejos para las marcas es elegir una denominación comercial para sus coches. La selección, no solo compete al departamento de marketing, pues tras ellos está el equipo legal del fabricante. Éstos, son los encargados de estudiar a fondo los repositorios de las diferentes oficinas de patentes y marcas. De esta forma, se aseguran que no emplean una denominación registrada, o protegida, por un fabricante rival.
De lo contrario, el lanzamiento comercial de su modelo se verá deslucido. Además, no podemos olvidar las posibles consecuencias legales a las que se pueda enfrentar la firma infractora. Por ello, no es extraño que de cuando en cuando se pasen por las oficinas de patentes para proteger sus nombres, aunque luego no los usen. Este es el caso de Mazda, que se ha dejado caer por la Oficina de Patentes y Marcas de la Unión Europea.
renderAd(,44162);
Mazda también ha registrado la familia CX al completo
El paso de Mazda por esta oficina ha sido muy fructífero a tenor de las múltiples peticiones presentadas. Así, la casa de Hiroshima ha solicitado la protección para varias denominaciones comerciales. La más llamativa es MX-30, que es una variación de la que estuvo presente en el portón de un pequeño coupé de tres puertas entre los años 1991 y 1998. Éste registro podría indicar que la marca podría estar pensando en resucitar una nueva versión de este modelo, aunque creemos que no será así.
El fundamento que tenemos para suponerlo, se basa en otro movimiento “protector”. Junto a la solicitud para el MX-30, está la protección al completo de la denominación CX. La gama de todo caminos de Mazda, a día de hoy, para Europa está compuesta por los CX-3 y CX-5, pero llegarán más, como el reciente CX-30. De esta forma, cabrían opciones como los CX-10,