Cuando juntamos a un superdeportivo de altos vuelos con un piloto profesional, el resultado solo puede ser extraordinario. Esto mismo ha sucedido cuando Nico Rosberg se ha puesto a los mandos de una de las últimas creaciones más radicales de Maranello, el Ferrari 488 Pista. La variante más deportiva del 488 GTB fue presentada en el Salón de Ginebra de 2018 prometiendo una aerodinámica capaz de desbancar a los más grandes superdeportivos, pero el ex-campeón de Fórmula 1 ha querido ponerse a los mandos del Cavallino Rampante para recorrer el Circuito Paul Ricard y comprobar de qué es capaz del Pista cuando desatas todo su potencial.
Es cierto que Ferrari cuenta ahora entre sus filas con dos nuevas incorporaciones: el F8 Tributo y el SF90 Stradale. Pero, pese a la presencia de estos superdeportivos, el Pista sigue siendo toda una referencia en el segmento y, hasta que no llegue la versión vitaminada del F8, este modelo mantendrá el titulo de ser uno de los Ferrari más rápidos y radicales de todos los tiempos.
Sin duda alguna, la combinación del 488 Pista, el Circuito Paul Ricard y Nico Rosberg es simplemente perfecta. Recordemos que el trazado del circuito francés se encuentra compuesto por infinidad de curvas rápidas y ratoneras, las cuales obligan a sus visitantes a darlo todo sobre la pista, puesto que cualquier error a alta velocidad puede resultar imperdonable.
Sin embargo, la pericia y experiencia que tiene el ex-piloto alemán son más que suficientes para hacer frente tanto al circuito como al Ferrari 488 Pista. Podemos apreciar durante el vídeo como la trasera del italiano intenta seguir su propia senda en más de una ocasión, pero Rosberg consigue rectificar y seguir la trayectoria en todas y cada una de las vacilaciones por parte del superdeportivo.
En las entrañas del 488 Pista se esconde un poderoso propulsor V8 de 4.0 litros biturbo capaz de erogar 720 CV y 770 Nm de par, cifras que se envían directamente al eje posterior. Dejar que todo ese caballaje corra a sus anchas puede resultar fatídico para casi cualquier mortal, pero Ni Rosberg sabe cómo mantener la situación bajo control, y a los hechos nos remitimos.
Es cierto que los tiempos de competir de Rosberg ya terminaron, pero siempre es emotivo ver cómo un ex-piloto se pone a los mandos de un superdeportivo de la talla del Ferrari 488 Pista. Es cierto que no es una carrera, pero la diversión y el entretenimiento están asegurados, aunque todo se amplificaría si pudiéramos ponernos detrás del volante.