El de Bélgica de 2019 quedará prácticamente un Gran Premio fantasma en la carrera deportiva de Carlos Sainz. El piloto madrileño se las prometía muy felices al estrenar la nueva especificación del motor Renault, aunque no la usaría durante la carrera de Spa. Además, las características del McLaren se adapta como anillo al dedo al circuito belga.
Pero todo lo que podía salir mal salió mal. Carlos Sainz prácticamente no pudo competir ni en la clasificación ni en la carrera. En sábado, ya con cinco puestos de sanción a sus espaldas, vio como la bandera roja provocada por la avería de Antonio Giovinazzi le dejó sin poder hacer la vuelta rápida. No era demasiado importante, se contaba con salir atrás.
La nueva especificación del motor no convence a Sainz
A Sainz le tocaba salir el decimoquinto, pero el motor Renault, ya en su especificación antiguo, no le iba a dejar ni tomar la salida. Durante la vuelta de calentamiento el McLaren perdió potencia, y ya cuando se apagaron las luces Sainz se quedó clavado. Al final pudo arrancar, pero ni siquiera era capaz de seguir el ritmo del coche de seguridad, que había salido por el accidente de Max Verstappen.
En Motorpasión
Lo que la Fórmula 1 puede aprender de la trágica muerte de Anthoine Hubert en Spa
Abandono e indignación en el seno de McLaren. El propio Carlos Sainz clamaba tras la carrera: «Es un poco inaceptable todo eso, hay que hablar con Renault». Es la segunda vez que el motor galo deja tirado a Sainz