Cierto es que el Nissan Juke no inventó nada nuevo, pero su llegada al mercado marcó un antes y un después en el segmento B-SUV. Por aquellas fechas, el Qashqai ya fulminaba las listas de ventas, pero en la firma asiática jamás pensaban que volverían a repetir el éxito. Ahora, tras nueve años en el mercado, ponen al día a su benjamín. Para ello, han apostado por mantener parte de su personalidad a la par que actualizar otros aspectos.
Como se suele decir, si algo funciona, mejor no tocarlo. Pues bien, el Nissan Juke de segunda generación cambia en todo y, como veremos, para mejor. Ahora, podrá enfrentarse con mayores garantías de éxito ante rivales como los renovados Peugeot 2008, Renault Captur o el inminente Ford Puma. Si te interesa, sigue leyendo, porque tiene madera para superar el millón de unidades que cosechó su predecesor.
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El Nissan Juke no pierde su impronta estética
De entrada, el renovado Nissan Juke, incrementa sus cotas exteriores. Estar fabricado sobre la moderna plataforma CMF-B le hace crecer hasta los 4,21 metros de longitud, 1,80 metros de ancho y una altura de 1,60 metros. Gracias a este crecimiento, luce más maduro, destacando sobre todo, por su poderoso frontal. Aquí, los diseñadores de la marca han apostado por evolucionar la parrilla V-Motion. En torno a ella, se ubican los grupos ópticos (con tecnología LED), separados en varios niveles, tal como lucía su antecesor.
Si pasamos a la vista lateral, encontramos reminiscencias del primer Juke. La altura del capó delantero, la forma en que cae el techo a partir del pilar “B” o los prominentes pasos de rueda. Éstos, cuentan con protecciones en plástico negro y albergan unas llantas de aleación de renovado diseño, que pueden ser de hasta 19 pulgadas. Por último, no podemos pasar por alto los tiradores de