La rueda. Algo tan sencillo y al mismo tiempo tan genial que lleva con nosotros miles de años no necesita ser reinventada. O quizá sí. En todo caso, como pieza esencial de un automóvil, los ingenieros e inventores de toda clase siempre han buscado la manera de que la rueda fuese algo más que, vía los neumáticos, el punto de contacto del coche con el asfalto. Desde la rueda sin eje hasta el motor integrado a la rueda, hubo más intentos de reinventar la rueda de un automóvil de lo que nos imaginamos. Y esta es nuestra selección.
En Motorpasión
Así nació el asistente de aparcamiento para coches: una locura que ni se parece a lo que conocemos ahora
Masas no suspendidas
Todas las innovaciones e intentos de reinventar la rueda son una consecuencia de las masas no suspendidas. Éstas siempre fueron un mal necesario en el automóvil y siempre se ha buscado la manera de reducirlas. La masa no suspendida es básicamente la masa de la rueda y todo lo que va unido a la rueda y se mueve con ella, como las llantas o los frenos.
Esa masa interfiere en el comportamiento dinámico del coche: cuanto más elevada, más lenta en sus reacciones y por tanto más fenómenos parásitos y lentitud dará al coche en los cambios de trayectoria o aumentará las vibraciones sobre firme deteriorado.
La manera más sencilla de reducir esa masa no suspendida es equipando el coche con llantas de aleación ligera. Si reducimos el peso de la