A día de hoy es rara la marca de lujo que no cuente con un hyperdeportivo entre sus filas. Ferrari, McLaren o Porsche son un claro ejemplo de ello, pero Lamborghini quiso seguir su propia senda. Durante el transcurso de este último año, hemos sido testigos de como la familia italiana se ampliaba con la llegada del Urus, pero los planes de la marca van mucho más lejos. Y es que Lamborghini ha sucumbido al segmento de los hypercars, en el que se introducirá con un vehículo de limitada producción y cuyo uso tan solo estará permitido dentro de un circuito.
De momento son pocos los detalles que conocemos acerca de este inminente vehículo, pero todo apunta a que mantendrá intacta la esencia de la marca. Por otra parte y pese a que tan solo se podrá utilizar dentro de una pista, este nuevo integrante de Lamborghini nos ayudará a hacernos una idea de los pasos que seguirá la marca para conferir a sus futuros integrantes.
Una de las mayores preocupaciones de los amantes de la marca del toro es que rehusarán no solo de los motores atmosféricos, sino también de su emblemático V12. Pero fue en la pasada edición del Salón de Frankfurt donde Lamborghini demostró al mundo que no hay por lo que preocuparse a través del Sián, un superdeportivo que recurre a un doce cilindros en «V» atmosférico y apoyado por un motor eléctrico.
Contra todo pronóstico, este nuevo hyperdeportivo recurrirá al mismo esquema mecánico, lo que garantiza una potencia total de 830 CV. Para poder gestionar todo este caballaje con éxito, los ingenieros de Lamborghini han recurrido a una serie de soluciones que no solo tendrán cabida en el mundo de las carreras, sino también en la vía pública.
Pese a la penumbra en la que se encuentra sumergido el nuevo vástago de la casa italiana, podemos distinguir una trabajada aerodinámica. Esta se vislumbra a través de un imponente alerón y de un frontal muy anguloso y agresivo, el cual se ve apoyado por un splitter. El techo ahora lo gobierna una toma de aire que se encargará de refrigerar al glorioso V12 de 6.5 litros que habita en su interior.
Como guinda final, los ingenieros han recurrido a un bastidor delantero de aluminio unido al monocasco de fibra de carbono. Junto a este también estará presente una jaula antivuelco de acero que ayudará a mejorar la la rigidez torsional, elemento imprescindible en un vehículo que estará puramente enfocado al circuito.