El Volvo XC60 y el XC90 acaban de estrenar en el mercado español versiones micro híbridas, tanto en diésel como en gasolina, que se suman a las híbridas enchufables ya existentes.
Aunque la principal novedad salta a la vista con la nueva denominación de los modelos, con una “B”, de Battery, en lugar de la “D” elegida para sus motores turbodiésel o la “T” para los propulsores turbo de gasolina, lo más importante se emplaza bajo su capó. Así, el motor térmico se complementa con un eléctrico (10 kW) con un sistema de recuperación de la energía en fases de frenado para cargar la batería de 48V y utilizarla posteriormente para reducir el consumo y las emisiones contaminantes hasta en un 15 por ciento. Su función no es mover el coche, sino descargar de trabajo al motor térmico, que lo asiste para que no pierda ni gaste energía en satisfacer las demandas de elementos como la dirección, climatización, etc. Como gran valor añadido estas versiones son merecedoras de la etiqueta Eco de la DGT con todas las ventajas de circulación y fiscales que ello conlleva.
Micro híbrido en diésel y en gasolina
A diferencia de algunos de sus competidores, ésta micro hibridación se asocia tanto a mecánicas diésel como de gasolina. El B4, sólo en diésel y para el XC60, combina un motor 2.0 de 197 CV con un eléctrico de 10 kW asociados siempre a la tracción total y el cambio automático de 8 velocidades. El B5 (D) se nutre de un 2.0 diésel de 235 CV más el eléctrico de 10 kW y el B5 (G) cuenta con un motor de gasolina 2.0 de 250 CV más un eléctrico de 10 kW, ambos disponibles tanto en los XC60 como XC90 junto a la tracción total y el cambio automático de 8