El mundo está cambiando y con él el sector automovilístico, siendo los vehículos eléctricos un claro reflejo de dicho acontecimiento. Mazda siempre se ha presentado como una marca muy comprometida con el cuidado del medioambiente pero, al mismo tiempo, con mucha personalidad. Esto lo vemos en la capacidad de ofrecer unas bajas emisiones pese a seguir haciendo uso de motores atmosféricos. Sin embargo, la firma nipona ha querido ir más lejos, algo que ha sido posible gracias a la presentación del MX-30, su primer modelo 100% eléctrico que ha tomado como inspiración al emblemático RX-8.
Además de su condición de eléctrico y de su estética futurista, seguro que también os llama la atención su nombre. Lo cierto es que el prefijo MX lleva presente desde finales de los 80 en la casa japonesa gracias al MX-5, un pequeño deportivo biplaza que ha conseguido robarnos el corazón en más de una ocasión. Pero pese a que el concepto del MX-30 no tenga nada que ver con el del MX-5, hay algo que une a ambos modelos: su capacidad para revolucionar una idea que ya lleva asentada en el sector automovilístico desde hace tiempo.
Una estética futurista pero fiel a sus principios
Mazda ha aprovechado el lanzamiento del nuevo MX-30 para no solo anticipar un nuevo lenguaje de diseño, sino también para mostrar la corriente que seguirán sus vehículos eléctricos. Pese a las claras innovaciones aplicadas sobre el crossover nipón, podemos seguir apreciando la esencia de la marca, la cual pretende dejar muy clara la procedencia del ADN del MX-30.
El frontal se encuentra gobernado por una parrilla muy fina en la que el logo de Mazda y unos faros alargados y finos son los únicos alicientes que encontramos. El resto de la zona delantera se encuentra completamente tapiada a excepción de la defensa, que cuenta con unas tomas de aire encargadas de refrigerar ciertos componentes mecánicos.
Pero es en el lateral donde Mazda ha querido hacer notar tanto el cuidado de la memoria de sus vehículos pasados como el diseño Kodo. Esto es posible gracias a un minimalismo sin precedentes y a la presencia de unas puertas traseras tipo suicida, las cuales no solo facilitan el acceso a la segunda fila de asientos, sino que también evocan al Mazda RX-8, uno de los modelos más amados de la firma japonesa.
Batería de 35,5 kWh y autonomía de 200 kilómetros
Pero dejando la estética y el diseño a un lado, vamos a centrarnos en el apartado mecánico del nuevo Mazda MX-30. En primer lugar, la firma nipona ha sido bastante reservada en este aspecto, por lo que son pocos los datos que conocemos sobre el corazón del SUV eléctrico.
De momento sabemos que en sus entrañas se esconde una batería de 35,5 kWh capaz de producir unos 140 CV de potencia. Junto a esta cifra nos encontramos con una autonomía de 200 kilómetros, distancia con la que Mazda asegura que será posible cubrir todos los desplazamientos de diario.
Al mismo tiempo y gracias a la compatibilidad del nuevo Mazda MX-30 con los cargadores de 50 kW, será posible que el MX-30 esté listo para circular después de un tiempo de carga de 40 minutos. De momento se desconoce el precio de partida del primer eléctrico de Mazda, pero sus pedidos ya están disponibles y llegará al mercado a lo largo del año que viene.