Todos los que tenemos coches o cualquier otro vehículo siempre tenemos una preocupación latente acerca de la fiabilidad. Esas averías que pueden inutilizar un automóvil en cuestión de minutos y dejarnos sin medio de transporte existen. No queremos ser alarmistas y siempre hay soluciones para prevenir disgustos como los que la retroalimentación puede provocar.
Esta avería es única de los coches diésel sobrealimentados mediante turbo y puede destruir por completo el motor, pero se puede evitar sabiendo detectarla y teniendo claro cómo actuar antes de que la situación se vuelva incontrolable.
Explicación, síntomas y soluciones de la retroalimentación
¿Qué es la retroalimentación?. Lo primero de todo es explicar qué es la retroalimentación. Esta avería sucede cuando una fuga provoca que pase aceite del turbo a la admisión, entrando en la cámara de combustión y utilizando al propio aceite como combustible en lugar de como el lubricante que es normalmente.
Cuando esto ocurre, el ralentí empieza a elevarse, el motor se acelera y cuanto mayor es el régimen más aceite absorbe y así se sigue acelerando hasta alcanzar el régimen máximo de giro de manera incontrolada. Con el coche parado y el motor girando como si tuviera el acelerador bloqueado a fondo, es cuestión de minutos que el motor acabe gripando. La falta de lubricación y el exceso de temperatura y carga destruyen por completo la mecánica.
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¿Por qué ocurre la retroalimentación? No, la retroalimentación no es