La última adquisición de Tesla ha sido una start-up de Silicon Valley llamada DeepScale con la que espera hacer realidad su proyecto de convertir sus coches eléctricos en una red de taxis autónomos. Para ello se valdrá de los conocimientos de DeepScale en Inteligencia Artificial, redes neuronales profundas para cámaras y radares y mejorar así el Autopilot de Tesla.
Ayudar a los coches a entender su entorno
Capitaneada por Forrest Iandola, esta joven compañía con sede en Mountain View, California, parece tener el mismo objetivo que Elon Musk: hacer que los coches autónomos entiendan su entorno para hacerlos totalmente independientes.
I joined the @Tesla #Autopilot team this week. I am looking forward to working with some of the brightest minds in #deeplearning and #autonomousdriving.— Forrest Iandola (@fiandola) October 1, 2019
En abril, Musk aprovechó la presentación del nuevo súper ordenador de Tesla para desvelar detalles acerca de su plan de meterse en la esfera de los taxis autónomos. Bajo la premisa de ‘pon a trabajar tu Tesla mientras no lo usas’, el plan consiste en una flota de coches compartidos autónomos de particulares que ‘trabajarán’ como taxis.
Para 2020 Tesla espera que ‘Robotaxi’ reciba la aprobación regulatoria y se pueda lanzar la app de carsharing, que tendrá un modelo de negocio similar al de Uber o Airbnb. Los propietarios recibirán una actualización que incluirá una opción para que elijan si su coche se integra o no en la red de vehículos compartidos.
Sin embargo este idílico proyecto aún dista de ser realista, puesto que los coches de Tesla tienen un nivel 2 de autonomía, algo lejos del nivel 5 (en el que el conductor es prescindible) e incluso del 4 (en el que el coche puede asumir