A día de hoy es imposible no reconocer que los SUV son el segmento de moda. Una moda no precisamente pasajera: son prácticamente la mitad de las ventas de todos los coches nuevos en nuestro país. Los todocaminos más populares son los compactos, y dos de los superventas son tanto el Citroën C5 Aircross como el Peugeot 3008. Ambos coches comparten plataforma, mecánicas y tecnología, pero son más diferentes de lo que su base común aparenta. Los comparamos en vídeo, y os contamos cuál es la compra más recomendable para un uso familiar. ¿Nos acompañas?
Diseño: para gustos colores… y todocaminos compactos
En cuanto a diseño, elegir uno u otro es cuestión de gustos. Comparten la plataforma modular EMP-2 del Grupo PSA y sus dimensiones exteriores son muy similares, con una longitud de 4,50 metros en el Citroën y 4,45 metros en el caso del Peugeot. Su altura es prácticamente idéntica, con 1,65 metros en el caso del Citroën y 3 cm menos en el Peugeot 3008. La batalla del Citroën es de 2.730 mm, 55 mm más larga que la del Peugeot, algo que como veréis más tarde, se traduce en una dinámica más ágil. Pero habíamos venido a hablar de diseño, ¿verdad?
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Personalmente, el Citroën me llama la atención porque no tiene el diseño enfadado y agresivo de casi todos sus rivales. Su óptica frontal partida es original y sus calandra de grandes dimensiones tiene formas suaves. Motivos geométricos repetitivos adornan su frontal y unos pequeños airbumps presiden las molduras laterales, de plástico oscuro. La zaga también está lograda, con unos pilotos LED de diseño agradable… y escapes más falsos que una moneda de tres euros – recurso estético en el que también incurre el Peugeot 3008, dicho sea de paso.
Por su parte, el Peugeot