La esperada creación de un nuevo gigante automotriz está a la vuelta de la esquina. Es más que probable que Fiat Chrysler (FCA) y el Grupo PSA formalicen por escrito su intención de fusionarse a principios de diciembre, mientras cada paso que dan en esta dirección se vigila con lupa.
En este sentido, la Administración Trump ya ha advertido que revisará «con mucho cuidado» el acuerdo respecto a los lazos que unen a PSA con el fabricante chino Dongfeng, ya que implicará la inversión de China en una empresa estadounidense.
Dongfeng tendría un 6 % del nuevo gigante automotriz
En declaraciones recogidas por Bloomberg, el asesor económico del Gobierno estadounidense, Larry Kudlow, ha recordado que Estados Unidos y China siguen en guerra comercial, y no van a bajar la guardia respecto a la que aún consideran un enemigo:
«Tenemos que asegurarnos de que los desarrollos comerciales de China no ocurran no solo en detrimento de nuestra economía, sino también de nuestra propia seguridad nacional», ha dicho Kudlow, que se ha mostrado no obstante abierto si las condiciones les son favorables: «Daremos la bienvenida a un buen acuerdo. Esperamos que lleve más producción a los Estados Unidos, más fábricas y trabajadores y empleo en los Estados Unidos».
Y es que el acuerdo entre FCA y PSA le daría al fabricante de automóviles chino Dongfeng una participación del 6 % en la nueva compañía, lo que implicaría la inversión de China en empresas estadounidenses.
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