Los vehículos eléctricos ya son una realidad en el mercado, pero ciertas desventajas frente a los modelos de combustión generan importantes dudas en sus potenciales clientes. Audi está decidida a terminar con todo escepticismo con estas mejoras sobre el e-tron, su primer modelo 100% eléctrico. Y es que los ingenieros de la casa de los cuatro aros han puesto todo su empeño para conseguir que el SUV cuente con una mayor autonomía, rasgo indispensable en un vehículo que recurre a la electricidad como principal sustento de vida.
Y es que el Audi e-tron se ha convertido en un modelo idóneo para recorrer largas distancias ofreciendo una comodidad pasmosa y un precio por kilómetro irrisorio respecto a un coche de combustión. Pero la escasa red de carga y el mayor consumo en autopista -principal terreno del SUV eléctrico- han provocado que Audi mejore aún más la fórmula empleada para concebir a este ansiado vehículo.
Los ingenieros de la marca alemana se han centrado en tres puntos para lograr dicha mejora: frenos, transmisión, gestión térmica y recuperación energética. Y es que estos factores son claves en un vehículo completamente eléctrico que, pese a contar con menos elementos mecánicos que un coche de combustión, es necesaria una puesta a punto en condiciones para ofrecer un comportamiento y unas prestaciones convincentes.
Gracias a un nuevo sistema de frenado, los ingenieros de Audi han logrado mayores reducciones en el par residual de frenada, que está relacionado con las pérdidas de energía que se producen como resultado de la proximidad de las pinzas de freno a los discos. Por otra parte, el e-tron es capaz de desacoplar casi por completo el motor delantero, lo que permite que el funcionamiento sin pérdidas de fuerza o pérdidas por arrastre sea más efectivo.
Ahora, el e-tron también cuenta con mejoras en el sistema de refrigeración, que ahora es capaz de gestionar de forma más eficaz la temperatura de los componentes de alto voltaje. Los volúmenes de flujo del sistema de refrigeración se han reducido, lo que supone que la bomba emplea menos energía y que, en condiciones de uso normales, esto puede suponer un 10% de ahorro energético.
Por último pero no por ello menos importante, los ingenieros también han revisado el sistema de recuperación de energía, que entra en acción por medio de la frenada o por la propia retención que se genera cuando el conductor levanta el pie del acelerador. Con esta premisa, el Audi e-tron es capaz de declarar ahora 436 kilómetros de autonomía, 25 más que la primera versión de este.