Lo de rayar coches ha trascendido con el tiempo de la esfera ‘privada’ a la pública. Y es que la tecnología hace que sea cada vez más fácil identificar al vándalo que se dedica a estropear la pintura de los vehículos bien por venganza personal o por simple pasatiempo, como pudimos ver hace poco con un vídeo de un Tesla Model 3 que se viralizó.

Pero ojo, porque también trasciende en la esfera laboral. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Galicia ha considerado uno de estos casos como motivo de despido y falta muy grave.

El despido era procedente

Un conductor de ambulancias en A Coruña inició en 2018 una demanda contra su empresa tras recibir por burofax un despido disciplinario con efectos el mísmo día, tras 17 años en la empresa, «por la comisión de una Falta Muy Grave tipificada en el artículo 42 n° 4 y 5 del Convenio Colectivo y en el artículo 54.2 d) del Estatuto de los Trabajadores».

Según la sentencia, anteriormente el trabajador había rayado el coche de un compañero durante su jornada y provocó daños cuya reparación ascendía a 327 euros. Con posterioridad, el actor reconoció su autoría ante el propietario del turismo y se ofreció a abonar el coste de la reparación, pero ya se habían producido hechos similares en lo que se describe como un «ambiente laboral de conflicto».

En Motorpasión

Los coches que odio como mecánico (porque repararlos es un infierno)

El TSJ le acabó dando la razón a la empresa y declaró procedente el despido disciplinario

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