Contenido
1. Humo azulado y un alto consumo de aceite
2. Rendimiento bajo y/o fuertes tirones
3. Silbidos en el vano motor
4. Aullidos y ruidos extraños bajo el capó
Cómo alargar la vida del turbo
La práctica totalidad de coches actualmente a la venta equipan motores turbo, ya sean diésel o gasolina. Todos los diésel usan turbos desde hace años. Lo más posible es que tu coche tenga turbocompresor. En este artículo os contamos cómo detectar que el turbo está a punto de fallar, o ya fallando. Además, te enseñaremos a prevenir los fallos del turbo. Con suerte, el varapalo económico no será tan grande o podrás evitar una avería de mayor consideración.
Una avería de turbo acarrea facturas de cuatro cifras y en algunos casos, rotura de motor completo.
Los turbocompresores pueden llegar a girar a 200.000 rpm, y en coches de altas prestaciones, su temperatura puede llegar a los 1.000 grados centígrados. De su buen funcionamiento depende el correcto rendimiento y eficiencia de tu coche. Los turbos y sus piezas móviles son resistentes, pero ninguna turbina soporta abusos continuados durante años sin consecuencias. Si no lo tratas bien, romperá. Así de sencillo. Y si rompe, la factura no será pequeña. De hecho, una mala rotura de turbo puede terminar con la vida de tu motor.
Lo bueno es que antes de romper, el turbo muestra claros síntomas. Es como una enfermedad grave: detectarla a tiempo puede salvar la vida al coche. ¿Cómo puedo saber que el turbo está fallando o está a punto de hacerlo? Quédate con nosotros.
1) Humo blanco/azulado, y alto consumo de aceite
Si tu coche anuncia la elección de un nuevo Papa, preocúpate. El turbo está metiendo aceite en la admisión.
Todos los motores consumen aceite, aunque sea poco perceptible. Pero si el consumo de aceite de tu coche se dispara, se avecinan problemas graves.