Carlos Ghosn ha huido de Japón donde estaba sometido a un arresto domiciliario bajo control judicial desde el pasado mes de abril, tras pagar casi ocho millones de euros de fianza y tras pasar más de 100 días encencerrado.
El antiguo primer ejecutivo de Renault y Nissan, sobre el que pesan cuatro acusaciones por parte de la fiscalía nipona, llegó a Beirut el pasado domingo por la noche en un jet privado.
En Motorpasión
En Europa tan solo 47 cruceros emiten más óxidos de azufre que 260 millones de coches, según Transport & Environment
“Ya no soy el rehén del sistema judicial japonés parcial donde prevalece la presunción de culpabilidad (…). No me he fugado de la Justicia, me he escapado de la injusticia y de la persecución política», afirmó Ghosn en un comunicado.
En Japón no se explican como ha podido huir ya que, según las reglas niponas, sus abogados tenían en su poder sus pasaportes (Ghosn tiene triple nacionalidad: libanesa, francesa y brasileña).
Su principal abogado nipón, Junichiro Hironak, se mostrada muy sorprendido por la huida de su cliente al Líbano, ya que no había visto ningún signo que le hiciese pensar que preparaba su marcha.
Carlos Ghosn, libre en Líbano
En el país de los cedros, Ghosn tiene muchos partidarios (es nieto de emigrantes libaneses en Brasil) y gozará de disposiciones muy protectoras. Según un funcionario libanés citado por AFP, «la forma en que dejó Japón no está clara».
El periódico libanés al-Joumhouriya, que publicó la información, asegura que el depuesto jefe de la