El Vector W8 es uno de los coches más fascinantes que se han creado a lo largo de la historia del automóvil, un superdeportivo que coquetea con los excesos de los años 80 y cierta vocación futurista para ofrecernos una peculiar y excéntrica visión del segmento de los hiperdeportivos, con un generoso V8 que no desentonaría por potencia hoy día, 30 años después. Doug DeMuro ha conseguido una unidad y nos enseña, para nuestro deleite, todas las curiosidades en dos completos vídeos.
Nacido a finales de la década de los 80 el Vector W8 llegó para convertirse en el superdeportivo más exagerado de la época (y mantener el título durante no pocos años), con la pega de que durante los pocos años que duró la aventura se construyeron pocas unidades, unas 20.
El típico diseño en cuña visto en deportivos como el Lotus Esprit, el Lamborghini Coutanch y unos cuantos prototipos de la época quedaba aderezado para la ocasión con multitud de apéndices aerodinámicos, con una bonita superficie acristalada más propia de una nave espacial que de un coche y con detalles tan curiosos como los retrovisores, su escueta ventana o los faros escamoteares que, en lugar de alzarse como era típico en la época, emergían del capó ocultándose parte de este.
Una instrumentación más propia de un avión de combate, puertas de apertura vertical, la palanca del cambio montada a la izquierda del conductor, botones y más botones… El encantador exceso de los años 80 perfectamente ejemplificado por un coche que hace parecer mundano al mencionado Lamborghini Countach.
¿Su motor? Un propulsor V8 de 6 litros de cubicare montado transversalmente y heredado de un Corvette con un par de turbos y una contundente potencia de 625 CV, con un no menos destacado par de 880 Nm, impresionante. Era capaz