En España se venden cada año dos coches de segunda mano por cada coche nuevo. Un mercado de en torno a 2,5 millones de coches, desde «trastos» de menos de 1.000 euros hasta coches con apenas unos cientos de kilómetros y precios cercanos a sus tarifas oficiales. Es muy probable que pronto te vayas a comprar un coche de segunda mano, o en un futuro tengas que tomar dicha decisión de compra. Y seguro que estás dudando, ¿merece la pena comprarme un coche diésel de segunda mano? En este artículo trataremos de ayudarte en esta decisión, recomendándote qué coche de segunda mano es el que más te conviene.
¿Por qué sí sería una buena idea?
Aunque en estos momentos el punto de mira de la opinión pública está sobre el diésel y nubes negras se ciernen sobre su futuro, entre las que se cuentan un posible aumento de la fiscalidad y restricciones a la circulación para los más antiguos, la realidad es que sigue siendo una opción muy válida para muchos conductores. No nos importa la corrección política, y es una compra que recomendamos si se cumplen ciertas condiciones, y se está dispuesto a asumir ciertas servidumbres.
En viajes largos y circulación por carretera los sistemas anticontaminación de un motor diésel funcionan en su escenario óptimo. Buenos consumos y durabilidad asegurados.
El litro de gasóleo sigue siendo más barato que el de gasolina por el momento y el consumo real de un coche de gasolina – equivalente en prestaciones a un diésel – sigue siendo unos 2 l/100 km superior. Es una decisión sensata económicamente sensata si además el grueso de los kilómetros se hacen por autovías, autopistas y carreteras secundarias. Viajes largos en los que el motor diésel gira a un ritmo más o menos constante, en los que sus sistemas